Por Mirta Castellani
Un pueblo medieval con puertas y escaleras que llevan a la imaginación
A pocos kilómetros del centro porteño un pueblo de encanto mágico traslada a sus visitantes en el tiempo. Un paseo donde la resiliencia, los sueños y la conciencia ecológica se unen en una historia que sorprende a cada paso.
02 de junio de 2024 - 19:02
Campanópolis, es una aldea con estilo medieval que se alza sobre un predio de 200 hectáreas al oeste del gran Buenos Aires. Su creador, Antonio Campana, sin ningún estudio de arquitectura pero con un posgrado en imaginación y creatividad logró convertir un sueño en realidad.
Esta singular ciudad es la primera y única en Latinoamérica con espíritu medieval y se encuentra ubicada en González Catán, Partido de La Matanza, a aproximadamente una hora y media del microcentro porteño. Pero además de ser un curioso y original paseo que invita a sus visitantes a viajar en el tiempo, su origen se erige sobre una historia muy particular, que habla de un sueño, un desafío y conciencia ecológica.
Su creador fue Antonio Campana, un comerciante que logró cambiar su origen humilde a fuerza de trabajo, como solía pasar con los inmigrantes y sus familias. Un emprendedor que comenzó fabricando escobillones en su casa hasta llegar a fundar uno de los comercios mayoristas más importantes de la zona. Sin un destino concreto adquirió las tierras en las que hoy se encuentra Campanopolis, hectáreas que luego le fueron expropiadas por la dictadura militar para convertirlas en tosqueras donde descartar la recolección de residuos de la zona.
Con el regreso de la democracia, Campana y su familia pudo recuperar la tenencia de sus tierras, al mismo tiempo que la noticia de un diagnóstico médico cambiaría la vida del empresario. Es posible que esta situación fuera el disparador que lo impulsó a llevar adelante el sueño de construir un lugar que recordara, como homenaje al pueblo donde nacieron sus padres en Calabria, Italia.
Pero la construcción no sería diseñada por arquitectos o grandes constructoras, fue el mismo Antonio quien sin conocimientos previos, reunió a un grupo de trabajadores y comenzó la obra basada solo en dibujos realizados en lápiz que nacían de su imaginación.
Pero el desafío fue más allá, todos los materiales utilizados para darle forma serían reciclados. La mayoría provenían de demoliciones que el mismo empresario iba rastreando, así llegaron materiales provenientes de ferrocarril, antiguas propiedades o incluso adoquines de la ciudad. Como una forma de alegrarles la vida útil, le dió a cada objeto una nueva funcionalidad incluso cambiando su funcionalidad original y allí su imaginación fue un condimento irremplazable.
Hoy, su hijo Carlos Campana que continúa con su legado y abre esta obra de arte al público para que sea admirada, recorrida y descubierta en cada visita guiada, recuerda que su padre vivió mucho años más de los pronosticado por los médicos y que la construcción fue lo que lo mantuvo animado y motivado para lograr su objetivo.
Recorrer sus calles y edificios es asombrarse con escaleras y ventanas que llevan a la imaginación, o con puertas convertidas en techos. Así una infinidad casi innumerable de detalles se esconden en cada espacio e ir descubriendolas durante el recorrido hace que los visitantes se sumergen en un espacio que fluye en otro tiempo. Y esto se hace palpable cuando las mejores fotos no logran hacer justicia a lo que se puede vivenciar caminando por sus espacios.
La primera y única ciudad con espíritu medieval en Latinoamérica, se constituye como un parque histórico, cultural y referencia en el reciclaje. Cuenta con escenarios mágicos com por ejemplo: Rotonda Principal, el Salón Pacífico, la Casa Colonial, las 12 Casitas del Bosque (basada en los cuentos clásicos) e incluso particulares museos con piezas rescatadas de tiempos pasados como el Museo del Hierro, Museo de la Madera, Museo de los Caire o el Museo Don Antonio donde se puede ver el único boceto que se conserva realizado a mano por su creador.
Otros imperdibles son el edificio La Cebolla una especie de castillo encantado, el Pasaje del Búho donde se encuentran ventanas que pertenecieron a un afamado boliche de zona oeste, el puente sin fin que fue construido con maderas de la tribuna de argentinos Juniors, entre otras curiosidades que son reveladas durante la visita guiada.
Otras curiosidades
No solo turistas visitaron Campanopolis, también figuras del espectáculo se perdieron en el tiempo recorriendo el lugar. Así fue el caso del grupo musical Maná que eligió la locación para presentar su disco "Dram y Luz". Mientras una historia de amor celebró su unión con el casamiento de uno de los hijos de Ricardo Montaner y también sirvió como espacio de filmación para La serie infantil "Chiquititas". Otro de los datos que llaman la atención es el fanatismo por conocer el lugar de los turistas extranjeros, sobre todo de los brasileños que suelen llegar en grandes grupos a pasear por sus coloridas calles.
Datos claves para organizar la visita:
Las entradas deben adquirirse previamente de forma online en la web del parque ya que los cupos son limitados y suelen completarse rápidamente, el valor incluye la visita guiada, más que recomendada. El parque suele abrir de miércoles a domingo pero siempre en mejor consultar las fechas disponibles. Si bien en el lugar existe un pequeño mercado los visitantes pueden llevar alimentos e improvisar un picnic o merienda en algunos de sus amplios espacios verdes. Llevar calzado cómodo para poder recorrer las instalaciones que son muy amplias.
Como adicional a la entrada general los visitantes pueden vestirse con prendas de la época medieval y llevarse fotos inolvidables de su visita. El traslado es otro punto importante, los visitantes podrán ir por su cuenta ya que hay espacio para estacionar sus vehículos o se puede contratar el traslado con la agencia del Grupo Summa que hace traslados directos en forma regular y que también pueden incluirte las entradas.
Eventos
En su casa principal pueden realizarse eventos privados sociales o empresariales en un entorno único. O realizar impactantes producciones fotograficas o audiovisuales, tanto comerciales o sociales, una de las locaciones más elegidas por las quinceañeras.