Emotivo homenaje a Charly García en el Teatro San Martín

"Será porque nos queremos sentir bien que ahora estamos bailando entre la gente" fue una de las frases cantadas con más fuerza este jueves por la noche en el Teatro General San Martín, cuya sala Martín Coronado fue escenario del homenaje que lideraron e idearon tres de los históricos compañeros de la ruta solista de Charly García (Hilda Lizarazu, Zorrito Quintiero, Fernando Samalea) y a quienes acompañaron Rosario Ortega (parte de la más reciente banda estable del artista), Benito Cerati (con quien Charly se relacionó luego de la muerte de Gustavo) y Lito Vitale, productor del evento que ofició como sesionista en vivo.

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Se trató de un concierto que, a tono con lo que fueron las últimas presentaciones del Sr. Say No More, agotó sus entradas en pocos minutos el día que se pusieron a la venta, al punto de que se debió agregar una nueva fecha para este viernes 15.

Minutos después de las 20 se corrió el telón y aparecieron en escena Vitale detrás de un teclado y con guitarra eléctrica colgada, Samalea firme en su batería y Fabián Quintiero ante de los teclados que en la etapa que Charly García inició post desintoxicación (año 2009) fueron centrales para los recitales. La canción que inició el recorrido por la obra del homenajeado fue Operación densa, uno de los tracks más interesantes del instrumental Pubis angelical, aquella banda de sonido que en 1982 fue parte de la edición doble de Yendo de la cama al living.

Y entonces entró Hilda. Luego del pasaje instrumental hizo su aparición Hilda Lizarazu, quizá la voz más querida por los fans de todas las que acompañaron a García en su etapa solista. El ingreso de la cantante, compositora y fotógrafa tiñó de colores el escenario a fuerza de una personalidad que la llevó a ser uno de los íconos del rock/pop argentino hecho por mujeres. De paso, ayudó a descontracturar y soltar tanto a los músicos como al público, lo que llevó a que minutos después la celebración fuera inequívoca.

Así se fueron sumando Benito Cerati y Rosario Ortega, que pusieron sus voces a clásicos del tamaño de Fanky, No soy un extraño, No voy en tren, Fantasy, Yendo de la cama al living y una versión inconmensurable de Siempre puedes olvidar (del disco Filosofía barata y zapatos de goma, 1990) a cargo de Cerati y Lizarazu.

Otras de las que sonaron (y muy, muy bien) fueron Nos siguen pegando abajo, Promesas sobre el bidet, Raros peinados nuevos, Bancate ese defecto, Seminare y hasta la más reciente La máquina de ser feliz.

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El corpus de la obra de García es inabarcable, la popularidad de la obra indiscutible, por lo que el concierto bien podría haber sido del doble o el triple de los 90 minutos que tuvo de duración, pero también hubiera resultado poco. Porque siempre falta "una más" para el fan. Quizá por eso hubo dos bises, uno de ellos tras el cierre pautado y luego de que se bajara el telón y se prendieran las luces de la sala: guiño en modo García a aquellas noches interminables de rock and roll y excesos, de shows de 3 o 4 horas en horarios inauditos para la prolijidad de la industria del bussiness.

"¡Una que sepamos todos!", gritó alguien desde el público al promediar el recital y el chiste se contó solo: todas y cada una de las canciones que se tocaron en la velada del San Martín son parte de un cancionero de hitazos mega populares, de canciones que construyeron la banda de sonido de varias generaciones de argentinos y argentinas como esa mayoría de +25 que pobló las butacas.

En tren de guiños y emoción (a Hilda se la notó visiblemente emocionada en más de un pasaje) los últimos minutos de concierto tuvieron un extra que nació de una frase de Benito Cerati y se extendió a partir de cómo el público se plegó y generó un feliz medley entre Inconsciente colectivo y De mi, canciones que comparten base de ritmo. "Cuando estés mal, cuando estés solo", disparó Benito sobre lo que era el final de la canción del disco Yendo de la cama al living, y el público continuó las estrofas cantando completo el track que abre Filosofía barata y zapatos de goma (1990).

"Si la cantan ustedes la hacemos", subrayó Quintiero y la ceremonia fue completa. Músicos, público, fans con brazalete, obra recorrida. Un octubre muy García. Un octubre de festejo por, entre otras cosas, el hecho de que somos contemporáneos del tipo que cierra y el que apaga la luz.