Unos 200 estudiantes colmaron este viernes la explanada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (Fiuba) en una clase pública masiva para reclamar contra los recortes presupuestarios a las universidades nacionales y para advertir que esa facultad también se encuentra en una “situación crítica”, con el funcionamiento de solo dos de los seis ascensores instalados y en plena obra de refacción de las placas de mármol que revisten el interior del edificio.
En el marco de reclamos masivos que se desarrollaron durante toda la semana de cara a la Marcha Federal Universitaria del próximo martes 23, este viernes por la mañana se realizó una clase pública en la entrada de la sede principal de la Facultad de Ingeniería de la UBA, en Paseo Colón 850, en el barrio porteño de San Telmo.
La clase “es parte de las diferentes actividades que se fueron organizando para visibilizar la situación crítica que está viviendo la universidad y, en particular, la Facultad de Ingeniería”, dijo a Somos Télam el secretario de Gestión Académica de la Fiuba, Lucas Macias.
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Sentados sobre las escalinatas de la entrada y también en sillas de plástico dispuestas en la explanada, las y los estudiantes participaron de la clase de Análisis Matemático 2, una de las primeras materias que se cursan después de haber aprobado el Ciclo Básico Común (CBC) y es transversal a todas las carreras que se dictan en la facultad.
“Creemos que tenemos que dar clases acá porque la visibilización no se logra sólo en las redes, se logra con actividades como el abrazo al Hospital de Clínicas de ayer y con clases públicas en universidades. Para visibilizar hay que estar incómodos”, comenzó el profesor Eduardo Zitto, quien estuvo a cargo de dictar la clase.
Frente a la fachada del edificio con columnas monumentales de estilo griego, Zitto repasó a lo largo de dos horas los pasos para resolver diferentes ejercicios con la ayuda de una pizarra y marcadores.
“Es muy necesario el contacto con los alumnos, poder juntarse en una actividad como esta y sentir que estamos haciendo algo por la universidad que tanto queremos”, señaló a Somos Télam Zitto, profesor adjunto con dedicación exclusiva e investigador de la UBA.
Entre los casi 200 alumnos, se encontraba Joaquín Enriquez Marin, de 20 años, y estudiante de ingeniería informática.
“Es la primera vez que participo en una clase pública y me parece importante hacer estas actividades en el momento en el que estamos. La verdad que estoy preocupado por la cuestión del presupuesto”, aseguró el joven a Somos Télam.
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“A veces parece como que las personas que estudian carreras universitarias están encerradas y en un nicho que no las ves en ningún lado y, de esta forma, creo que la gente que camine por acá se va a dar cuenta de que en este edificio hay gente que se está esforzando y estudiando para hacer algo en el futuro”, señaló.
Joaquín está comenzando su carrera pero ya tiene en mente qué quiere hacer en el futuro: “Veo a la informática como una gran herramienta para llevar a cabo muchas ideas que tengo, ya sea creación de nuevos software o incluso celulares última generación”, contó.
“Hay un abanico muy grande de posibilidades que en otros países están muy avanzadas y acá, en la industria nacional, en esas cosas nos falta mucho. Por eso, sería importante que logremos como país nosotros tener nuestra tecnología y desarrollarla”, propuso.
Entre explicaciones sobre derivadas, funciones y matrices, las y los estudiantes tomaban nota y se sumaban a los desafíos que el profesor planteaba, como resolver en menos de un minuto alguno de los problemas.
“La clase estuvo buena. Tuvo un enfoque más relajado y fue de ejercicios de parcial, que eso viene rebien”, contó a Somos Télam Martino Rúa, estudiante de ingeniería electrónica.
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¿CÓMO?
“A mí me preocupa bastante lo que está pasando con la facultad porque yo tengo toda una idea de lo que voy a hacer en el futuro. Y si ya en el siguiente cuatrimestre me cierran las facultades, tendría que replantearme todo”, relató el joven.
Y remarcó: “Yo no puedo ir a una universidad privada, y en el caso hipotético de que pudiese, la educación no sería la misma porque la UBA tiene una calidad diferente”.
Cuando se reciba, a Martino le gustaría trabajar en el área de energías renovables o en la producción de satélites.
“Acá enfrente está el edificio de la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales)”, dijo el joven señalando la sede que está también sobre Paseo Colón, y apuntó que “ahora que van a venir empresas de afuera a trabajar los satélites, es como que se achica un poco la industria nacional”.
“Me encantaría en el futuro aportar con los satélites para la Argentina, no para otro país”, enfatizó el estudiante.
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Una vez concluida la clase, el profesor advirtió a Somos Télam que “el recorte ahora es brutal, se corre el riesgo de que cierre la facultad”.
Además, Zitto aseguró que la continuidad de la Facultad de Ingeniería “es fundamental si uno tiene un proyecto de país. Y, lamentablemente, creo que este Gobierno no tiene un proyecto de país”.
“Las alumnas y los alumnos de ingeniería son fundamentales para las pymes, para los proyectos de investigación, para el desarrollo de la industria nacional, y desean que su carrera sirva para el desarrollo del país”, finalizó.
En diálogo con Somos Télam, el secretario de Gestión Académica de la Fiuba, Lucas Macias, explicó que el recorte presupuestario “afecta principalmente al funcionamiento y la apertura del edificio”.
“Hay un montón de cuestiones como el pago de los servicios de energía eléctrica, el gas y el mantenimiento de los ascensores, que a nosotros no nos permitiría continuar con la apertura del edificio de manera normal si no se actualiza el presupuesto”, detalló y agregó que actualmente solo están en funcionamiento dos de los seis ascensores que tiene el edificio.
En cuanto al mantenimiento de la sede de Paseo Colón, que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 2011, Macias explicó que el edificio se encuentra en pleno proceso de obra de refacción por falencias en la adhesión de los mármoles que revisten las paredes del interior de la facultad.
“El año pasado se licitó una partida que envió el Ministerio de Educación para poder hacer toda la obra de refacción y de fijar los mármoles nuevamente en las paredes, así que estamos justo en el medio de esa obra que, si bien tenemos la partida presupuestaria, en caso de que por la inflación se necesite hacer algún reajuste, también se va a necesitar presupuesto para eso”, advirtió.
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En la histórica sede funcionan laboratorios, aulas, y el Canal de Experiencias en Arquitectura Naval, de 72 metros de largo, en su subsuelo.
Respecto al comunicado emitido el jueves por la noche por Gobierno nacional, donde se propone un aumento del 70 por ciento para los gastos de funcionamientos de las casas de estudio de todo el país, Macias apuntó que “el anuncio por ahora no fue más que un anuncio y todavía no tenemos nada concreto”.
“Pero así y todo, es un paliativo que ni siquiera alcanza porque seguimos estando un 30% por debajo de lo que fue la inflación en este tiempo”, aseguró y señaló que recibieron como “buena noticia que el gobierno esté dispuesto a conversar sobre el financiamiento de la educación pública, pero todavía es un anuncio y seguimos estando retrasados con lo que fue la inflación”.
La facultad tiene unos 8500 alumnos activos este cuatrimestre, dicta más de 500 asignaturas y tiene doce carreras de grado, siendo once ingenierías y una licenciatura en Análisis de Sistemas.
