PALABRERÍO

Diego Meret: “En el mundo de los escritores me dan gracia los bandos y las proclamas”

El autor argentino charló con Infonews sobre su último libro, Hotel Acapulco, que reúne nueve cuentos que abordan, con humor y desenfado, la figura del escritor con suerte esquiva.

Foto: Dolores Puhl
Foto: Dolores Puhl

En su libro de relatos Hotel Acapulco (Indómita Luz, 2022), Diego Meret se sumerge, una vez más, en el oficio de escribir. Como en sus novelas En la pausa, El podrido y En los montes, el autor nacido en Morón en 1977 acá retoma las desventuras diarias de los escritores argentinos, principalmente de aquellos que intentan abrirse paso en un campo (casi siempre) inhóspito. Los protagonistas de los cuentos que integran Hotel Acapulco están obligados a caminar a tientas por el laberinto de la escritura porque, entre otras razones, el peso de la realidad les impide hacerlo más rápido. Sin embargo, cuando irrumpe el fenónemo fantástico, las posibilidades de encontrar la salida se acrecientan. En definitiva, apelando al humor y la sátira, Meret propone nueve relatos sobre la (absurda) vida cotidiana. De estos y otros temas hablamos con el escritor bonaerense.


Infonews: -¿Cómo fue el proceso de escritura de Hotel Acapulco?

Diego Meret: -El proceso a lo mejor tuvo que ver con la decisión de que algunos relatos que escribí en diferentes momentos podían ir juntos en un libro. Es decir, si pienso en un proceso, más que de escritura, pienso en un proceso de selección. Un par fueron publicados, en sus primeras versiones, primero en revistas (Beatrizos, Ragnarok) y otros fueron originalmente otra cosa, como Acapulco.

Acapulco nació, digamos, como un texto para leer en una conversación pública con Romina Magallanes, en la feria del libro de Rosario. La intención era hablar un poco sobre escritura autobiográfica, o en concreto sobre cómo salvar una “mentira” que alguien se permitió en su autobiografía. La idea de realizar lo que en la escritura era ficción cuando el pacto de lectura tenía que ver con la no ficción. Es decir vivir lo que en la autobiografía era mentira, para poder decir, como buen escritor autobiográfico, que de verdad había pasado por esa experiencia.


In: -Los cuentos de Hotel Acapulco hacen foco en la figura del escritor apelando, en su mayoría, tanto al absurdo como al humor corrosivo. ¿Podría pensarse tu libro como un gesto de resistencia a la solemnidad con que abordarse el mundo de los escritores?

DM: -El humor puede ser un hilo conductor en los relatos. Yo creo que tiendo a ver todo más o menos así, aunque a veces caigo en el humor por la necesidad de simplificar las cosas, o de amplificarlas o enfocarlas con una súper lupa hasta que no se puede distinguir nada. En cuanto al mundo de los escritores, me atrapan y dan gracia –y por momentos me sumo en ellas– las batallas, los bandos, las proclamas, las causas, las constantes opiniones y tomas de posición, todo eso. No sé si un gesto de resistencia o de cansancio, o los dos: primero el cansancio, luego la resistencia. Una cosa que me tranquiliza al escribir es pensar que el resultado del esfuerzo, es decir, el texto… puede ser muy bueno o muy malo. Y en definitiva es lo mismo: puedo escribir, en una de esas, algo muy bueno o algo muy malo. En las batallas está la necesidad de señalar lo buenísimo y de castigar lo malísimo. Y a mí escribir algo bueno me cuesta lo mismo que escribir algo malo. Tal vez me estoy yendo hacia cualquier lado.

Hotel Acapulco, libro de Diego Meret publicado por Indómita Luz.
Hotel Acapulco, libro de Diego Meret publicado por Indómita Luz.


In: -En este libro, tus protagonistas parecen tener un rasgo en común: aceptan los caprichos del destino sin chistar. En definitiva, son cuentos atravesados por un mismo concepto, el de la resignación. ¿Lo considerás así?

DM: Sí, es cierto, la aceptación o la versión triste de la aceptación: la resignación, atraviesa creo que todos los relatos y quizá algo de eso fue lo que me llevó a juntarlos en un libro. No lo había pensado antes, pero lo veo a raíz de tu pregunta.


In: -¿Sobre qué tema nunca escribirías y por qué?

DM: -No escribiría sobre muchos temas. Pero sólo porque soy consciente de mi incapacidad para escribir “aunque sea sobre un tema”. Lo que me pasa a mí es que con el correr del tiempo, de algún modo, siento que, como dijo Riquelme, me voy vaciando y que cada vez escribo con menos palabras. Esto una vez lo hablé con una amiga. Y esta tendencia a lo poco podríamos decir que hace que no pueda ni acercarme a algunos temas. Me quedo en el surrealismo, en la incomunicación.


In: -¿Escribís de manera compulsiva, intermitente o no te apegás a un método en particular?

DM: -Escribo de manera intermitente y a mano. Puedo estar meses sin escribir, pero nunca dejo de tener un texto o varios en la cabeza. Escribo en hojas que voy numerando en el extremo superior derecho, o en libretitas. Empiezo un relato hoy, lo abandono y si tengo suerte lo retomo dentro de -qué sé yo- tres meses y lo vuelvo a abandonar, para retomarlo en otro momento y terminarlo o abandonarlo para siempre. Lo que no hago nunca es mezclar los textos: uso una libretita por relato. Tengo una caja llena de papeles numerados y libretitas.


In: -¿Sos un gran lector?

DM: -Yo creo que no. En una época de mi vida leí mucho, o pasé mucho tiempo leyendo. De todos modos todavía me causa placer leer. Ahora, como no salgo mucho, estoy releyendo. Me gusta releer porque es algo así como ponerte a ordenar tu casa.


In: -¿Cuál es tu momento de mayor satisfacción como escritor?

DM: -Cuando me doy cuenta de algo. Hace unos días, por ejemplo, me di cuenta de que el final de una novelita que estoy escribiendo puede ser una reescritura torpe y berreta de El Castillo de Kafka. Ya empecé y estoy haciendo cualquier cosa, pero me pone feliz hacerlo, porque ya tomé esa decisión y voy por esa reescritura aunque el resultado sea un texto buenísimo o un texto malísimo.
 

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