“El lémur”: humor corrosivo y crítica social en una novela bien argentina
El libro de Sebastián Chilano y Mauro De Angelis, editado recientemente por Indómita Luz, recurre a la comicidad y el absurdo para contar las peripecias de un improvisado trío en su afán por secuestrar a un prestigioso autor local.
El escritor César Aira, figura casi mítica de la literatura argentina, acaba de ganar el Premio Nobel. Un poeta de Hurlingham llamado Marcelo Brizna sigue el acontecimiento por el televisor del Candela, el bar trinchera que elige todas las mañanas para escribir. La pantalla muestra al flamante triunfador y Brizna, un narrador voraz pero con suerte esquiva, no puede disimular su bronca. Sin más vueltas, digamos que le resulta inconcebible que el galardón más prestigioso de las letras universales haya tenido, en esta ocasión, ese destinatario. Porque por alguna razón, Brizna odia a Aira. Impulsado por esa ira, el poeta busca a los tumbos dos secuaces y les cuenta un plan disparatado: secuestrar al reconocido escritor argentino. Contra todo pronóstico, los tres ponen manos a la obra.
Así comienza “El lémur”, novela de Sebastián Chilano y Mauro De Angelis (editada por Indómita Luz) donde nada es lo que parece. Basta la lectura de sus primeras páginas para entender que seremos testigos de una historia tejida a partir de una (doble) simulación. Sin revelar más aspectos de la trama, digamos que es un libro sobre falsas identidades, conspiraciones y mentiras en la esfera ciudadana y en la gubernamental. En “El lémur”, para encontrar la verdad hay que correr el velo del engaño; sí, una salida clásica pero sensata. Esta máxima, que parece decir todo y a la vez nada, rige tanto para los personajes como para el lector.
Reseña de “Urbana”, de Rodolfo Fogwill
Más allá de los caminos que toma la historia pensada por Chilano y De Angelis, el principal mérito de la novela es su humor corrosivo. Estamos ante un libro que logra alzar la bandera del absurdo sin trastabillar, lo que no es poco. Con suma astucia, el dueto autoral propone un relato que nunca se aleja del terreno de la comicidad. Esto no convierte a “El lémur” en una novela liviana, todo lo contrario; Chilano y De Angelis apelan al humor para desplegar distintas críticas sociales que hacen foco en el pasado y el presente (¿y también el futuro?) de la Argentina, entre ellas la ostentación y avaricia de los terratenientes y los agentes inmobiliarios.
Probablemente, tras leer las 193 páginas que conforman “El lémur”, el lector llegará a dos conclusiones (o por lo menos se interrogará sobre estas ideas): ser argentino puede ser una bendición o una condena (cómo cuesta pensar en un término medio) y por más planes que hagamos, a veces son los caprichos del destino los que signan nuestra suerte. ¿O no?
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