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Siete preguntas al escritor Mariano Abrevaya Dios

El autor de "Fogonazos", "El predicador invisible" y "Los des años", entre otros libros, responde el cuestionario de Infonews sobre sus gustos literarios, rituales de escritura y temas cardinales de su obra.

Mariano Abrevaya Dios nació en septiembre de 1971. Se formó en los talleres literarios de Sandra Russo y Hernán Vanoli, y estudió narrativa en Casa de Letras. En mayo de 2010 publicó su primer libro de cuentos: "Fogonazos" (Pánico el pánico). En agosto de 2015 llegó el turno de "El enyesado", con otros diez cuentos (Ediciones Outsider). Al año siguiente publicó la biografÌa autorizada de Alejandro "El Pitu" Salvatierra, "Ya vivÌ cien años" (Punto de Encuentro/UNDAV), y en 2018 la novela "El predicador invisible" (Ediciones Ciccus). En 2021 publicó su primer libro de poesía, junto a Qeja Ediciones: "Los des años". Dirige la revista digital y político-cultural Kranear.


1) ¿Cuál fue el primer libro que te deslumbró y por qué?

Fue una novela gráfica: "El Eternauta". Yo tendría unos quince o dieciséis años, me lo pasó mi viejo, que ya en aquel momento intuiría lo bien que me haría iniciarme en la lectura, y me recuerdo absolutamente tomado por el texto, su trama, los personajes, y en especial, las ilustraciones. La ficción tenía un punto de contacto con mi propia vida, por ser familiares de víctimas del terrorismo de Estado, y la metáfora de la invasión alienígena y la resistencia que opuso la banda de Juan Salvo, me conectaba no solo con mi propia herida y resentimiento, sino también con la del autor, Héctor Germán Oesterheld, a quién le habían matado a sus cuatro hijas por su militancia en el peronismo revolucionario, y eso me parecía aborrecible, intolerable. Para colmo, como país, transitábamos los años 1987/1988, que marcaron el inicio de la etapa de impunidad para los genocidas. Fue sin dudas mi texto de iniciación (junto a otras historietas, en este caso eróticas, de Milo Manara, que me calentaban como una pava al fuego).

2) ¿Tenés alguna manía o ritual a la hora de sentarte a escribir?

Trato de sentarme frente a la computadora con por lo menos una idea en la cabeza, que se puede ser la continuidad de un texto con el que vengo trabajando, o de cero, con la página en blanco, pero la idea es tener un norte, una motivación, una escena o por lo menos una imagen, porque si no, el riesgo, como suele sucedernos a quienes escribimos, es chocarse de frente con la frustración, que no está mal, es parte del juego de la vida, pero prefiero producir y salvar el día. Ritual: algo para tomar o comer, o más bien picar, para contener la ansiedad. Y un punto clave: evitar cualquier tipo de distracción, en especial, las redes sociales y de mensajería.

3) ¿Cuáles son los temas o problemáticas que más te interesan abordar como escritor?

Me gusta que las historias corten la respiración, que te enganches tanto que no lo puedas largar, el manejo del suspenso, el drama, las emociones, y aparte trato de que todo esos efectos que puede producir la literatura esté cruzada por lo local, lo criollo, lo propio, que nace de la propia experiencia y por una sensibilidad que me define como persona y también como escritor, y que se traduce, en algunos de mis libros, en personajes o territorios que se expanden en los márgenes, lugares en los que se lidia con situaciones extremas, agobiantes, muy complejas, en muchos casos en el ambiente del delito. Me gusta el género negro, la propuesta de pintar la aldea de tu barrio, provincia o país en un determinado momento de la historia a través de personajes que ostentan distintos niveles de poder.

4) ¿Qué te gusta hacer cuando no estás escribiendo?

Ir a hacer cinta al gimnasio para estar en las mejores condiciones físicas posibles para el fútbol del fin de semana. Me gusta escuchar podcasts de poesía, fugas de cárceles y lectura de cuentos fantásticos. Me gusta trabajar de editor en la Revista Kranear e ir a los actos y movilizaciones del kirchnerismo.

5) ¿Cuál fue el último libro que leíste y recomendarías?

Estoy leyendo los cuentos completos de Liliana Heker, una escritora que maneja al dedillo el género, y que escribe con una prosa tan elegante como efectiva. Como dijo Cortazar alguna vez, y que ella misma repite en las charlas que da en ferias o librerías: la novela siempre gana por puntos, mientras que el cuento debe ganar por nocaut.

6) ¿Podrías nombrar a cinco escritores/as que admirás?

Rodolfo Walsh, Ricardo Piglia, Luis Gusmán, Martín Kohan, Nicolás Ferraro.

7) ¿Por qué escribís?

Escribo para encontrar mi voz narrativa, en el caso de la ficción, y el yo lírico si se trata de poesía, para encontrar a su vez mi propia voz. Escribo para dejar una marca, o transmisión, en el ámbito artístico, pero también político, en especial para mis hijos.


Siete preguntas a la escritora Paula Fernández Vega


 

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