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El crudo relato de Sabrina Bölke, la militante de H.I.J.O.S atacada

La semana pasada, en vísperas del 24 de marzo, trascendió un comunicado de la agrupación de derechos humanos que relataba la violenta situación que vivió la joven. Este lunes, Sabrina Bölke brindó una entrevista radial en la que dio a conocer su nombre, su militancia y su testimonio.

El relato de Sabrina Bölke es estremecedor. La semana pasada, trascendió una noticia que volvió a poner en jaque los límites de la democracia. La militante de H.I.J.O.S fue brutalmente atacada por dos hombres que ingresaron a su casa antes de que ella llegara, la esperaron, la golpearon, abusaron de ella y no se llevaron nada de valor económico, sino documentación relacionada a la organización que integra. Antes de irse, escribieron las siglas VLLC.

Abusaron y golpearon a una militante de H.I.J.O.S: los atacantes escribieron "VLLC"

La militante dio su nombre, luego de un comprensible anonimato a causa de preservar su seguridad, y contó cómo fueron los hechos. 

"Soy Sabrina Bölke, soy una hija que nació en la democracia, una de las tantas hijas de compañeros y compañeras que vivieron en esos momentos tan terribles de la última dictadura cívico militar y que tuvieron la suerte de poder contar esta historia y una de esas tantas hijas soy yo, y soy la persona que denuncia junto a la agrupación H.I.J.O.S lo que ocurrió el 5 de marzo", comentó.

En diálogo con El Destape Radio, en el programa Habrá Consecuencias, de Ari Lijalad, detalló: "Salía de mi trabajo a la noche, y cuando llegué a mi casa y abrí la puerta había dos personas atrás de la puerta esperándome y cuando ingresé a mi domicilio me tomaron por la espalda, por el cuello, me redujeron me insultaron, me amenazaron, me golpearon, estuvieron torturándome aproximadamente entre 15 y 20 minutos, luego me ataron y me apuntaron con armas, me dijeron que venían a matarme. En ese momento, y todavía hasta ahora, hay un estado y una sensación de shock, todavía estoy tratando de entender qué pasó":

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Allí comenzaron las amenazas y las frases que dejaron entrever el siniestro seguimiento que los agresores realizaron sobre Bölke antes del ataque: "En ese momento me dijeron que no hablara nunca más, que sabían dónde trabajaba, no tenía que hablar más de mi trabajo, de derechos humanos, y cuando sacaron las armas y me apuntaron, pensé que efectivamente mi vida iba a terminar ahí. Lamentablemente pensé: 'así es como termina mi vida'".

"Les pedí que no le hicieran daño a mi gato y cuando lo miré me siguieron golpeando y luego me pidieron que me de vuelta. Cuando me negué me siguieron golpeando y me ataron con alambres y con vendas. Me taparon la cabeza. No quiero profundizar más en eso  porque es muy difícil de narrar Cuando se fueron dijeron que si yo decía que ellos estuvieron ahí, iban a volver y me iban a meter un tiro", relató conmovida.

Sabrina explicó, también, que cuando vio a los hombres en su casa e incluso cuando la golpearon, pensó que se trataba de un robo. Contó que es una trabajadora y militante de pie, que ni bien cobra paga sus deudas y que a veces, incluso, no llega a pagar todo. 

"¿Qué me van a robar? Si soy una laburante y no tengo nada", les dijo la joven a los atacantes, a lo que le respondieron amenazantes: "Nosotros ya sabemos todo de vos. Donde trabajas, qué haces, que estás con derechos humanos. Nosotros no vinimos a robaerte, vinimos a matarte".

"Ahí sacaron las armas, y ahí cambió todo", indicó.

Al finalizar la brutal secuencia, tras ser atendida en el hospital Pirovano, Bölke vio en una de las paredes la sigla VLLC ("Viva la libertad, carajo", utilizada todos los días por el presidente Javier Milei) y que debajo, decía la palabra "ñoqui", término utilizado para desprestigiar a trabajadorxs del Estado. 

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"Ellos estuvieron en el departamento mucho tiempo porque cuando nosotros volvimos, vimos que habían roto muebles, habían roto cosas de valor. No se robaron nada, rompieron cosas", advirtió y añadió: "Aparte de todo lo que narré, que ya eso es roimper una persona, más allá de que sea yo, no tiene que ver conmigo, tiene que ver con cualquier ser humano".

Por otra parte, sostuvo que no puede culpar al "aparato estatal en términos judiciales" por lo que le sucedió, "pero sí es verdad que hay un caldo de cultivo de odio, de violencia, desde hace un tiempo ya, que habilitan este tipo de cosas".

"Cuando tuvimos todos los elementos (pruebas) pudimos hablar, salir", remarcó.

"H.I.J.O.S es una agrupación que lucha contra el olvido y el silencio. Nunca nos callamos", enfatizó. 

"Mi vida quedó suspendida. Desde el 5 de marzo no he podido ser la misma persona y mantener ese diálogo fluido que una tiene con sus amistades, con la gente que quiere, que te preguntan si estás bien, y no poder contarles que atravieso por esto porque todavía hay miedo (...) Intento recuperar mi vida normal", expresó. 



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