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"No vamos a aceptar la represión de ningún gobierno"

La frase es de Trueno, uno de los raperos más fuertes de la escena actual. De esta manera, y ante un Vorterix repleto, se manifestó en contra de las políticas impulsadas por Javier Milei.

El día no fue fácil. Estaba todo caliente. El clima, por un lado, nos regaló un poco de verano en su máxima expresión. El gobierno nacional, por el otro, presentó una Ley Ómnibus que profundiza el DNU de Javier Milei y que atenta contra más derechos e incluso, también, contra la división de poderes. Pero eso ya lo vimos en las notas de política. ¿Qué fue lo que vivimos ayer en Colegiales? Una noche de rap caliente en un contexto que no da lugar a otra cosa. 

Fueron varios los momentos en los que Trueno conectó con la política. "El que no salta votó a Milei", arengó el público y él, desde el escenario, eligió saltar (aunque haciendo un gesto de que prefería no decir nada al respecto). Después llegaría el momento del freestyle y ahí disparó: "No creo en leones que usan peluca". Y, finalmente, antes de cantar "Fuck el police" pidió levantar los puños en alto para decir fuerte que protestar no es delito y que está en contra de toda represión. 

Mateo Palacios es un pibe de 21 años que en tiempos de pandemia sacó sus primeras canciones y se hizo conocido como Trueno, el que ganaba toda competencia de freestyle de la cual participaba. "El único que escucha rap desde la panza", dice uno de sus dos hits más grandes y eso es así porque su papá (Pedro "Peligro" Palacios) también es rapero. Ese lazo lo o canta y reivindica, también, en sus shows. Por eso no sólo tiene a su papá cantando a su lado en la mayoría de los temas sino que, también, como acto soporte invita a amigos del barrio, del hiphop que suben a tirar unas barras. 

En las canciones de Trueno hay mucho posicionamiento político. Incluso cuando habla de amor. También hay mucho de La Boca y de Boca. En su cuello tiene tatuado el puente y entre su público hay una gran cantidad de xeneizes. Incluido el streamer Davo, por ejemplo; o el mismísimo Mario Pergolini, dueño del teatro donde sucedía la fiesta. 

El escenario de Vorterix tuvo adosado una pequeña pasarela que conectaba al artista con su público de manera más directa, el objetivo central por el cual se hizo la fecha (y se hacen las otras tres restantes que agotó rápidamente al anunciar el show). ¿Cuál es el punto acá? Que Trueno escaló rápidamente. Su primer éxito fue Mamichula (un tema con y para Nicki Nicole, de cuando eran novios) y después le llegaron Dance Crip y un par más que lo metieron en una vorágine de festivales y escenarios gigantes. El boom lo tomó por sorpresa y el joven se dio cuenta de que necesitaba poner un stop para curtir espacios más chicos de los que venía haciendo. Necesitaba compensar esa suerte de "etapas quemadas" que experimentó. 

Lo que pasó anoche en el teatro de Colegiales y que se repite hoy, mañana y pasado, fue "Bien o Mal - epílogo", una despedida del disco que lleva ese nombre y que se considera una yapa al tour internacional que realizó este año. 

"2023 fue un año de cambios y de transición, donde tuve que aprender muchas cosas, deshacerme de gente falsa, un equipo de trabajo que me estafó, tener que luchar junto a mi madre y mi abuela contra la peor enfermedad, entre otras cosas que no exteriorizo. Ahora soy un nuevo Mateo, más cercano a mi público y con más ganas de todo, ahora sí. 2024 es el año, es nuestro y no hay break para nadie: nuevo disco, nueva era, y si no te gusta cambia el canal porque estamos bien vivo bichito de luz". Con ese mensaje en sus redes sociales Trueno hacía público lo que está viviendo: un momento bisagra. Estas cuatro noches en Vorterix, cuando la calle está caliente es un contexto para "el nuevo rock and roll", como bien dice el tema que comparte con WOS. 

 

 



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